Esta puede ser una cena que no está mal. Además, aunque no es la mejor forma de preprarla, a las 22:30 de la noche y llegado de natación, no hay tiempo para hacerse una cena elaborada.
Primero, coger el paquetito de gulas y colas de gambas (a medias) congelados y descongelarlos un poco en el micro. El tiempo que haga falta. Yo tuve que hacer varias pasadas en modo descongelar. Mientras tanto, puedes ir preparando el plato, los cubiertos… Vamos. Lo que en hostelería viene a ser el cubierto o el servicio (se decía así, ¿verdad?). También, puedes trocear con unas tijeras una guindilla.
Sacar el plato del micro y mezclar el pescaito con la guindilla. Mientras que lo estás calentado, te restriegas un poco el ojo que te pica. Después... a ver las estrellas mientras que mentas a la madre que parió a las guindillas. Ni toalla, ni trapo de cocina, ni nada de ná. Mucha agua. Mucha, mucha agus. No precisamente para beber, sino para el ojo.
Una vez que deja de escocer, ya puedes comerte la cena.
Por eso, mucho cuidadito, ¿eh?.
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