Creo que para que no se haga muy pesado, voy a introducir varias historias a la vez... Aunque me quede sin material. Porque si no, al final, va a ser muy, muyyyy cansino...
Una de las historias que nos ha contado Nieves es sobre los cambios de los calendarios. Antes, usábamos el calendario Juliano. De Julio Cesar. Parece ser que, además de emperador, fue un gran erudito. Después, pasamos al Gregoriano. Del papa Gregorio XIII. Pero claro, en el interín de este cambio, se nos murió Santa Teresa. Y, resulta, que de morirse un 4 de octubre, pasaron a enterrarla, al día siguiente, el 15 de octubre.
El problema estaba en que el que estudió el Cesar, tenía una diferencia de casi 11 minutos y pico con el calendario solar. Total, que llegó un momento en que el equinoccio no llegó cuando se tenía que producir. Y el papa Gregorio lo solucionó.
Ahora bien, y creo que ya lo he contado antes, uno de los líos que se produce al cambiar el calendario, es que después, unos escritores se mueren el mismo día... de un calendario distinto.
22 febrero 2011
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